Este lance tiene diversas interpretaciones. Para algunos es igual que el lance apilado. Para mí tiene un sentido totalmente diferente. Independientemente del nombre que le demos la técnica a la que me refiero bajo el nombre de lance paracaídas es la siguiente:
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Un pez está subiendo a una distancia de unos dos metros delante nuestra (ocurre algunas veces)
Queremos lanzarle nuestra mosca (lógicamente), pero un lance normal por encima de la cabeza no va a servir de nada, ya que nuestra caña mide casi tres metros.
Lo que hacemos entonces es ejecutar un lance normal con poca línea pero en vez de acompañar la caída de la línea después de la parada, mantenemos la caña en el punto de la parada. La línea se extenderá y caerá suavemente en paracaídas al agua, dejando unos 5 metros de línea en el aire entre la punta de la caña y el agua.
Dos consideraciones: podemos sacar más línea extendiendo el brazo después de la parada y tanto si el pez toma nuestra mosca como si no, nuestro próximo lance deberá ser un rodado.
Aunque el ejemplo descrito parezca, a primera vista, una situación que solo puede suceder desde una embarcación, con frecuencia utilizo este lance pescando desde la orilla de algún lago por la mañana temprano, o cuando intento localizar truchas lacustres en NZ (peces que suelen ir nadando muy próximos a las orillas) También lo utilizo en el río, cuando quiero lanzar encima de la vegetación o corriente abajo, ya que al disponer de línea floja me da margen a manejarla como necesite.
Una vez más mi filosofía es la de acercarse al pez lo más posible: si puedo arrastrarme hasta él y descolgarle la mosca delante del morro sin nada de línea, eso es lo que haré. No existe mejor presentación que esa.
Otro breve consejo que he aprendido: nunca lances a través de una corriente si puedes solucionar el problema vadeándola.