Me han dicho que si quiero aumentar la distancia que consigo con mis lances (actualmente unos 24 metros) tengo que aprender a derivar. Sin embargo, cada vez que intento derivar mi lance delantero se desmorona. Observando en una película una vista lateral de tu lanzado parece que, después de una brusca parada en el lance trasero, levantas el brazo casi verticalmente. Supongo que se le podrá llamar deriva, aunque no consiga el efecto (normalmente atribuido a la deriva) de situar la mano lanzadora más atrás, de forma que pueda recorrer un mayor espacio en el lance delantero y posibilitar, por tanto, más distancia. ¿Podrías explicar tu forma de derivar y cómo puedo conseguir hacerlo sin arruinar el ritmo y los bucles estrechos de mis lances actuales?
Paul responde:
Hola Roy,
Una excelente pregunta; gracias.
La deriva es uno de los elementos más importantes del lanzado, y también uno de los más pasados por alto. Para los no iniciados, hay que decir que la deriva es un movimiento de la puntera de la caña que sigue la trayectoria de la línea tras la parada, tanto en el lance delantero como en el trasero. Resulta más útil en el lance trasero.
Consigue varias cosas todas ellas deseables:
En primer lugar, amortigua el impulso de lance y ayuda a eliminar el rebote de la puntera.
En segundo lugar, favorece el ritmo del lanzado permitiéndonos que el lance trasero se extienda totalmente.
En tercer lugar, permite un arco más abierto en el lance delantero (en el lance trasero normalmente sólo estamos curvando la puntera de la caña, mientras que en un lance delantero largo queremos cargar toda la caña; esto exige reajustar la posición de la puntera).
Por último, permite agotar toda la energía del bucle trasero. En mi opinión este es el aspecto más importante. Si haces un lance trasero y simplemente dejas que se estire por completo notarás que cuando lo hace la línea tira de la puntera hacia atrás. Esto es debido al momento de la línea, y lo que pretendemos es eliminar este momento. Y lo hacemos derivando hacia atrás. Un efecto añadido de la deriva es que, realmente, nos da más tiempo. Si no derivamos hacia atrás el momento puede originar una trayectoria irregular de la puntera durante el lance delantero (lo cual genera, en el peor de los casos, bucles cruzados, y en el mejor, bucles asimétricos y poco sexys).
La mejor manera de ejecutar la deriva es hacer la parada en el lance trasero y luego continuar hacia atrás con la puntera de la caña. La mano debe hacer un movimiento hacia arriba a la vez que inclina la caña un poco hacia atrás, pues se trata de que la puntera siga la trayectoria de la línea. Se trata de un movimiento sutil, delicado y elegante. No hay que apresurarse mucho haciendo la deriva, pues por su propia naturaleza da más tiempo al proceso del lanzado.
Un buen truco es acostumbrarse a sentir la extensión de la línea con la puntera de la caña.
Aprender a derivar correctamente te convertirá en un mejor lanzador.
Planteas otro aspecto interesante. Se trata del concepto de situar la mano lanzadora más hacia atrás, de forma que pueda desplazarse a lo largo de una mayor distancia en el lance delantero. Pero esta no es la razón por la que yo uso la deriva: cuando busco distancia derivo para variar el ángulo de la caña antes de iniciar el lance delantero, fundamentalmente para poder acomodar la mayor flexión de la caña en los lances largos.
Yo trato de eliminar el movimiento de la mano hacia adelante pues lo encuentro contraproducente. Pienso que el movimiento correcto es casi directamente hacia abajo.
Si piensas que la máxima flexión de la caña normalmente se puede acomodar con un movimiento de la puntera de, como máximo, un metro y medio, y que esto se puede conseguir sólo con el giro de la muñeca, mover la mano hacia delante unos 30 centímetros no aporta mucho. De hecho no se puede mover la mano muy rápido hacia delante; la rotación de la mano es un movimiento mucho más rápido que se traduce en una velocidad mucho mayor de la puntera. También permite una parada mucho más brusca.
La utilidad de derivar hacia arriba es que permite dejar la caña prácticamente horizontal atrás. Podemos así mover la puntera a lo largo de una distancia mayor de la que se podría obtener de otra manera.
Este MPEG ya estaba disponible en esta web desde hace tiempo; muestra perfectamente mi énfasis en la deriva. Se ve cómo, tras la parada, la puntera sigue la trayectoria de la línea.
Dicho todo esto, no considero que la deriva sea la clave del lanzado a larga distancia. Realmente la distancia no viene de la mano lanzadora, sino de la tracción de la mano complementaria. Obtener la máxima carga de la caña es fácil, así que yo me concentro en tratar de conseguir un impulso de lance suave y una parada brusca de la mano lanzadora. Hay que repetir mentalmente la palabra "pesado".
Alcanzar largas distancias con facilidad es el resultado es el resultado de una doble tracción efectiva. La velocidad de la tracción deberá ser alta y tiene que coincidir con la parada de la mano lanzadora. Esta es la clave principal de la distancia. Generalmente, exagerar el impulso de lance amplía mucho el arco en relación a la flexión de la caña, la puntera describe una trayectoria circular… y el resultado es un bucle muy ancho.
Si encuentras problemas practicando la deriva puedes probar a parar la caña en el lance trasero y permitir que la línea caiga al suelo; luego deriva e inicia el lance delantero desde esa nueva posición. La idea es ralentizar todo el proceso y convencer a la mente de que dispone de más tiempo para ejecutar los movimientos. Después de repetir esto unas cuantas veces intenta hacer un lance todo seguido.
Se me ocurre una última consideración acerca de la deriva, y es que ésta nos permite cambiar el ángulo de la parada en el lance delantero: podemos parar la caña más cerca de la vertical. Esto nos proporciona más tiempo y espacio para ser creativos con los lances de línea floja.
Mel Krieger me enseñó a derivar, y esto tuvo un profundo efecto en mi lanzado elevándolo a un nivel diferente.
Definitivamente merece la pena aprender a derivar :-)
