Imaginemos la siguiente situación: una trucha come en superficie delante de nosotros. Y además es grande (esto último sí que requiere imaginación ) Tengo la imitación perfecta. Así lo creo porque en eclosiones anteriores de esta misma especie esta mosquita me ha funcionado siempre. En un lance medido y exacto realizo la presentación perfecta. Mi mosca flota totalmente libre de dragado. Entra en la ventana de la trucha por el sitio correcto y en el momento justo. Todo perfecto y medido. Mejor imposible. Sin embargo, (y aquí ya no hace falta imaginar nada, sólo recordar escenas vividas tantas veces) no toma mi mosca. ¿Qué hago yo entonces? Cambiar de mosca, una y otra vez. Alargar el bajo a ver si es ese condenado micro-dragado. Cambiar de posición y probar otro ángulo de entrada. Nada.
En las dos últimas temporadas he comprobado que existe un parámetro más que normalmente no tenemos en cuenta o simplemente no le damos la importancia que merece y por lo tanto no lo tratamos de manera separada a los otros dos. Este es el del grado de alerta en el que se encuentre la trucha en esa tan crítica circunstancia que es el momento de su alimentación en superficie. La trucha condicionada por un montón de circunstancias pasa por estados en los que su sensación de seguridad, estado de confianza e impresión de vulnerabilidad varían constantemente. Este estado condiciona enormemente la disposición de la trucha a coger nuestra mosca, independientemente de nuestra imitación o tipo de presentación que realicemos.
Saber identificar y entender estos diferentes estados de alerta nos permitirá capturar alguna trucha más y sobretodo añadir más comprensión a nuestros "fracasos" o "rechaces" o simplemente muestras de indiferencia por parte de las truchas hacia nuestras queridas imitaciones.
Yo creo llegar a distinguir hasta cuatro grados de alerta diferentes.
Perfecta presentación + Buena imitación + Grado de alerta bajo = captura segura (o igual no, al fin y al cabo esto es pesca a mosca, no matemáticas)

Sensación de la trucha: de total seguridad y protección.
Comportamiento: come con confianza total. No deja pasar ni una mosca. Su radio de acción no sobrepasa sus límites de seguridad.
Probable situación de la trucha: protegida por varios sitios. Orilla, vegetación, sombra, incluso por arriba. Muy cerca de su guarida.
Reacción ante nuestra mosca: toma casi cualquier imitación que imite el orden y tamaño aproximado. Incluso puede tomar una mosca de conjunto. Puede llegar a admitir un mínimo nivel de dragado (nivel 2 y 3 ). La tomada va a ser franca y sin ningún recelo.
Dificultad: la presentación suele ser complicada. Como casi siempre el mejor lance será el que no hay que realizar: con la punta y el bajo. El grosor del bajo no importa. Es mejor usar uno grueso ya que la pelea va a requerir un gran control para que no se meta en su piedra, rama o refugio.
Menor grado de alerta normalmente implica mayor dificultad en la presentación y una menor importancia de la imitación

Sensación de la trucha: apenas tiene sensación de vulnerabilidad. No advierte la presencia del pescador
Comportamiento: come casi todo lo que le pasa. No el 100%
Probable situación de la trucha: protegida por un sitio. Orilla o vegetación.
Reacción ante nuestra mosca: si la mosca contiene un claro estímulo de respuesta positivo la tomará. No admite ningún nivel de dragado.
Dificultad: media. Fundamental evitar el dragado en todos sus niveles. Si rechaza la mosca es casi seguro que se debe al micro-dragado. Conviene esperar dos minutos y alargar el bajo un pelín.
Conocer los 4 estados de alerta que creo llegar a distinguir nos va a permitir :
1- Entender un poco más ciertos rechaces aparentemente incomprensibles
2- Distinguir las truchas con un determinado grado y actuar en consecuencia.
3- Desarrollar el comportamiento y procedimiento adecuado para cada trucha según este nuevo parámetro.
4- Olvidarnos de las de grado 3 por ser imposibles de capturar
5- Saber esperar y cuánto
6- Llegar a realizar alguna captura más.
