Si hay algún tema de conversación entre pescadores que tiene lugar casi todos los días de la temporada, mes a mes y año tras año es, además del número de truchas y capturas, el del tiempo atmosférico. La siguiente entrevista con un pescador a mosca y meteorólogo de profesión intentará sacarnos de algunas de esas dudas y explicaciones caseras que el pescador va forjándose por su cuenta a lo largo de los años y no siempre son exactas.

Andrés, ¿cual es exactamente tu función en el Instituto Nacional de Meteorología?
Trabajo en la Sección de Técnicas Climatológicas, haciendo principalmente estudios estadísticos con series de datos meteorológicos y trabajando con sistemas de información geográfica para realizar cartografía climatológica.
¿Supone una clara ventaja saber de meteorología para un pescador de mosca?
Tener conocimientos de meteorología te puede ayudar a comprender mejor algunos fenómenos que ves en los ríos y que están condicionados por el tiempo existente, pero no creo que pesques más por ello. De hecho, si comparamos mis resultados habituales con los de otros pescadores a mosca se podría llegar a la conclusión de que, incluso, es una desventaja.
En realidad, no habrá nunca dos jornadas con exactamente las mismas condiciones ambientales, y esta es seguramente la causa de que las reglas que pronostican una mejor o peor pesca según haga frío o calor, esté el cielo cubierto o despejado, etc. ..., fallen a menudo.
Al margen de tu afición ¿se estudia en meteorología la influencia del tiempo en los animales?
Existen estudios sobre la influencia del tiempo y el clima sobre los animales, pero los suelen realizar los biólogos y no los meteorólogos. En cualquier caso, es un campo en el que aún queda mucho por investigar.

¿Se dimensiona demasiado o se infravalora, según tú, la influencia del tiempo atmosférico en la pesca?
Yo creo que se valora en exceso. Tras una buena o mala jornada de pesca, los pescadores tendemos siempre a buscar una explicación y lo más sencillo es recurrir al tiempo, con lo que estamos contribuyendo a mitificar su influencia en la pesca.
¿Qué factor o acontecimiento meteorológico tiene mayor influencia?
En mi opinión, el factor meteorológico que más influye en la mayor o menor actividad de los peces es la temperatura del aire, por su influencia sobre la temperatura del agua de los ríos.
Resulta de gran utilidad conocer el día anterior la dirección en la que va a soplar el viento para planificar nuestra jornada de pesca, especialmente en días en los que se esperen vientos moderados o fuertes. Si miramos la predicción meteorológica, podemos saber la dirección y la intensidad del viento previstas para cada zona. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, en nuestro país, muchos de los tramos trucheros corresponden a ríos de montaña que circulan por valles bien perfilados. En ellos, al soplar el viento, el aire queda encauzado por las laderas del valle, por lo que prácticamente siempre soplará en la dirección del río, ya sea agua arriba o aguas abajo, a la vez que aumentará su intensidad. Si, por ejemplo, se prevén vientos del suroeste, en los ríos con orientación este-oeste o norte-sur el viento soplará, previsiblemente, aguas arriba, mientras que en los valles con orientación oeste-este o sur-norte soplará aguas abajo. Esta sencilla regla, que se cumple en la mayoría de las ocasiones (si bien, como ocurre con todas las reglas, no es infalible), resulta especialmente útil para evitar los ríos en los que vayamos a tener que lanzar contra el viento, en el caso de que podamos elegir entre varios ríos, o al menos, para ir preparados para enfrentarnos contra un fuerte viento de cara.
Describe el tiempo ideal para un buen día de pesca
Cielo muy nubloso con chubascos débiles dispersos, temperatura suave y viento flojo.
¿Con viento sur no pican?
No veo mucho fundamento en esta creencia. Normalmente, cuando soplan vientos del sur se produce un aumento de la temperatura, y eso será malo en determinados días del año y bueno en otros.

¿Cómo afecta el viento a la trucha?
Al parecer, los subimagos son menos apetecidos por las truchas en los días con viento, debido a que éste hace disminuir el tiempo de secado de sus alas y los convierte en un bocado difícil de conseguir, por lo que las truchas prefieren alimentarse en esos casos de emergentes.
¿Con lluvia pican más?
En general sí, siempre que no llueva en exceso y que el agua se mantenga clara. Hay diferentes explicaciones posibles: que las truchas se sientan más confiadas al ser más difícil detectarlas, que se deba a un aumento del alimento disponible que es arrastrado por la lluvia, que las truchas vean peor nuestras moscas en la superficie y sean más fáciles de engañar... o quizás sea una combinación de todas ellas.
¿Cómo afecta la temperatura exterior a la trucha?
La actividad de la trucha y de los organismos acuáticos que le sirven de alimento está condicionada por la temperatura del agua, y aunque esta a su vez depende de muchos factores, el principal es sin duda la temperatura del aire.
Son numerosos los estudios que tratan de determinar los rangos de temperatura del agua preferidos por las truchas. La mayoría de ellos están basados en experimentos realizados en laboratorios para poder mantener todas las condiciones ambientales constantes excepto la temperatura del agua y garantizar así que las respuestas de los peces no se deben a otros factores. Los resultados, como es lógico, difieren de unos estudios a otros, por lo que deben considerarse más bien como valores orientativos. El rango de temperaturas óptimo para la trucha común es, según Barton, de 8 – 17 ºC, y la temperatura máxima tolerable por tiempo indefinido (durante cortos periodos de tiempo pueden soportar temperaturas mayores) oscilaría entre 23.5 y 26.7 ºC dependiendo de diferentes factores (aclimatación previa a altas temperaturas, edad de la trucha, etc.)

¿Y la presión atmosférica?
Existe una creencia muy extendida entre los pescadores que afirma que la presión atmosférica afecta significativamente a las truchas debido a su efecto sobre la vejiga natatoria, de manera que, tras un brusco descenso de presión, las truchas permanecen en el fondo por la imposibilidad de adaptar rápidamente su vejiga a la nueva presión. Pues bien, podemos afirmar que esta teoría no es más que un mito: aunque es cierto que las truchas pueden sentir los cambios de presión atmosférica a pesar de encontrarse debajo del agua (la presión que un pez experimenta es la suma de la presión atmosférica más la presión debida al peso del agua que tiene sobre ella). En concreto, la variación máxima de presión atmosférica que podemos esperar en 24 horas equivale a un desplazamiento vertical en el agua de tan solo 20 centímetros, por lo que es altamente improbable que una trucha tenga dificultad alguna para adaptar su vejiga natatoria a los cambios de presión atmosférica.
Sin embargo, es cierto que los cambios bruscos de presión suelen venir acompañados de rápidos cambios de tiempo que pueden afectar al comportamiento de las truchas, por lo que tampoco podemos afirmar que no exista relación alguna entre la presión atmosférica y la actividad de las truchas, si bien se trata de una influencia únicamente indirecta.
Los cambios de presión atmosférica son en realidad muy pequeños comparados con los cambios de presión que un trucha experimenta diariamente al variar su profundidad.