Los LLF- Lances de línea floja
Tras el segundo mágico
(2ª parte)

La importancia de su estudio

Muchos pescadores consideran que un solo tipo de lance de línea floja es del todo suficiente. Que unas cuantas curvitas aquí y allí evitan en la mayoría de los casos el problema del dragado. Esa manera de pensar es tan acertada como decir que una Adams sirve para casi cualquier situación, día y momento. La realidad es que existen muchas más circunstancias en las que una alternativa concreta a una imitación como la Adams da mejores resultados.

La prioridad más importante a la hora de ejecutar este tipo de lances debe ser la de intentar hacerlo siempre con la cantidad justa de línea floja desplegada, sean curvitas o apilados. Si con un par o tres de pequeñas eses al final de la línea van a bastar, será un error introducir ni un centímetro de línea floja más en nuestro sistema. La importancia de esta absoluta prioridad es clara: mejoraremos en precisión y el clavado será más directo y limpio.

El siguiente parámetro en importancia en la ejecución de un LLF es el de la posición exacta de esa línea extra. Debemos aprender a leer el agua de manera que podamos decidir si queremos línea floja en alguna de estas posiciones:

  1. cerca de la punta de la caña,
  2. hacia la mitad,
  3. al final de la línea,
  4. solo en el bajo,
  5. a nuestros pies,
  6. detrás de nosotros
  7. repartida de manera regular a lo largo de toda la línea.

Un minucioso conocimiento del mayor número de LLF y saber controlar sus variables no solo nos permitirá añadir la cantidad de línea floja justa a la altura deseada. Así mismo ese conocimiento nos dará la opción de elegir el lance más adecuado en base a los siguientes parámetros:

  1. Si hace viento o no y en qué dirección sopla
  2. Si debemos desarrollar más o menos precisión (pesca al agua o trucha vista en querencia complicada)
  3. Si la suavidad en la posada es importante (agua lenta, corrientes y tipo de imitación)
  4. Si hay algún lance concreto que todavía no nos sale por su dificultad.

Podemos decidir entre pescar con un par de imitaciones de conjunto (unas cuantas eses en la línea casi inconscientes) toda la temporada o intentar buscar la imitación más adecuada en cada momento (detallado conocimiento de todos los LLF). Esa decisión es algo personal. Mi consejo es que cuanto más sepamos y podamos aplicar al río mejor nos lo pasaremos (puede que hasta capturemos algún pez más). Y lo que es mucho más importante: más valor daremos a todo lo que nos rodea.

Existen pescadores que independientemente de la mosca que esté eclosionando siempre usarán su modelo general favorito. De la misma manera que existen lanzadores que independientemente del dibujo que formen las corrientes entre él y su objetivo, siempre realizarán el mismo lance de presentación.