Momentos cruciales (3ª parte)

6- A ver que pongo

Tras un rechace nuestro protagonista opta por cambiar de mosca. Y es que la elección de la mosca es otro momento crucial, para algunos más crucial que para otros. Algunas consideraciones que conviene tener en cuenta:

Ese soy yo en plena reflexión Cambiar de mosca como primera opción no es siempre lo más acertado.





















  • Entrar en una continua dinámica de cambio de mosca, aunque muy frecuente, es un sistema de palos de ciego generalmente nada productivo.
  • Una mosca seca no volverá a flotar como en la primera posada por mucho que la sequemos.
  • En vez de cambiar a otro modelo de mosca conviene probar otro tamaño o nivel de flotación (más o menos placaje en la superficie) dentro del mismo modelo.
  • Cambiar de mosca puede no ser la mejor opción después de un rechace. Conviene antes cambiar de ángulo de presentación, tipo de lance o alargar el bajo.
  • Entre un modelo efectivo y uno inútil, a veces, la única diferencia es una fugaz sesión de peluquería con una pequeña tirita de velcro. Que no falte en el chaleco.
  • Si todo falla, solo queda, tras un alarde de precisión, posar la mosca en la nuca de la trucha. Esta se volverá y sin pensárselo dos veces la tomará. O no...

Estas son mis mejores opciones cuando hay olivas en el agua.

7- El momento mágico

Para algunos el momento más especial de todos los posibles en pesca con mosca. A partir de esa décima de segundo en el que sentimos que hay tensión al otro extremo de la línea, todo debe ser un trámite a realizar de la manera más rápida y precisa. Conviene recordar que si se trata de recoger a la máxima velocidad línea en el carrete siempre lo haremos más rápido dando vueltas a la manivela con nuestra mano dominante. Cambiar de mano la caña es una buena opción si queremos eliminar cuanto antes toda la línea acumulada en el agua y evitar problemas.

Para muchos toda la pesca con mosca gira alrededor de este momento.

Un consejo para una pelea rápida en la que nuestro único objetivo sea traer el pez hasta la tomadera cuanto antes: diferentes posiciones de la caña durante la pelea ejercen diferentes cantidades de presión sobre el pez. Con la caña a un ángulo de 90º en relación al pez la presión es mínima. A 45º de inclinación la presión es máxima, el esfuerzo que tiene que realizar el pez mayor y por tanto se cansará antes. En la medida de lo posible cambia también la dirección en la que proviene esa presión y desconcertarás al pez, dándole menos opción a buscar protección en su querencia habitual.

Esta es Ely, nuestra fotógrafa y gran pescadora con mosca.