6- A ver que pongo
Tras un rechace nuestro protagonista opta por cambiar de mosca. Y es que la elección de la mosca es otro momento crucial, para algunos más crucial que para otros. Algunas consideraciones que conviene tener en cuenta:
- Entrar en una continua dinámica de cambio de mosca, aunque muy frecuente, es un sistema de palos de ciego generalmente nada productivo.
- Una mosca seca no volverá a flotar como en la primera posada por mucho que la sequemos.
- En vez de cambiar a otro modelo de mosca conviene probar otro tamaño o nivel de flotación (más o menos placaje en la superficie) dentro del mismo modelo.
- Cambiar de mosca puede no ser la mejor opción después de un rechace. Conviene antes cambiar de ángulo de presentación, tipo de lance o alargar el bajo.
- Entre un modelo efectivo y uno inútil, a veces, la única diferencia es una fugaz sesión de peluquería con una pequeña tirita de velcro. Que no falte en el chaleco.
- Si todo falla, solo queda, tras un alarde de precisión, posar la mosca en la nuca de la trucha. Esta se volverá y sin pensárselo dos veces la tomará. O no...

7- El momento mágico
Para algunos el momento más especial de todos los posibles en pesca con mosca. A partir de esa décima de segundo en el que sentimos que hay tensión al otro extremo de la línea, todo debe ser un trámite a realizar de la manera más rápida y precisa. Conviene recordar que si se trata de recoger a la máxima velocidad línea en el carrete siempre lo haremos más rápido dando vueltas a la manivela con nuestra mano dominante. Cambiar de mano la caña es una buena opción si queremos eliminar cuanto antes toda la línea acumulada en el agua y evitar problemas.

Un consejo para una pelea rápida en la que nuestro único objetivo sea traer el pez hasta la tomadera cuanto antes: diferentes posiciones de la caña durante la pelea ejercen diferentes cantidades de presión sobre el pez. Con la caña a un ángulo de 90º en relación al pez la presión es mínima. A 45º de inclinación la presión es máxima, el esfuerzo que tiene que realizar el pez mayor y por tanto se cansará antes. En la medida de lo posible cambia también la dirección en la que proviene esa presión y desconcertarás al pez, dándole menos opción a buscar protección en su querencia habitual.
